En primer lugar, la acción detergente y enzimática es necesaria para la digestión y absorción de grasas o lípidos.
Los lípidos no se diluyen en agua. La acción detergente es necesaria para disolver los lípidos, para que así puedan entrar en acción las enzimas del intestino.
Los lípidos se encuentran en un porcentaje importante en las dietas de los carnívoros, mientras que son una porción más reducida en la de los herbívoros. Sin embargo, parece que estos, los herbívoros, tienen una mayor capacidad para absorber lípidos en cantidades mucho más altas de lo habitual en sus dietas naturales, y con frecuencia, se añaden lípidos a las dietas de caballos de competición y a las vacas de producción lechera. Los neonatos de los mamíferos tienen una gran capacidad para diferir y absorber lípidos, ya que la leche tiene un elevado contenido en grasa.
El lípido más simple de la dieta es el triglicérido, el cual podría ser de origen vegetal o animal. Otros lípidos importantes son el colesterol y el colesterol éster, de origen animal, ceras de origen vegetal y los fosfolípidos tanto de origen vegetal y animal. Cabe destacar que las vitaminas liposolubles se absorben en la dieta por medio de los lípidos.
La asimilación de los lípidos puede dividirse en cuatro fases
1. Emulsión
Consiste en un proceso de reducción de las gotas de lípidos a un tamaño que forma una suspensión estable en las soluciones de agua o acuosas. La emulsión empieza en el estómago cuando los lípidos se someten al aumento de la temperatura corporal y se lleva a cabo acciones de mezclado, agitando y tamizado por parte del estómago. Estos procesos tienen como consecuencia la ruptura de los glóbulos de grasa en pequeñas gotas que transitarán al intestino delgado, donde se finaliza su emulsificación con la acción detergente de fosfolípidos y ácidos biliares. Indicar que los productos biliares permiten reducir la tensión superficial y permiten disminuir el tamaño de las gotas.
2. Hidrólisis
Una vez que tenemos gotas emulsionadas, podrá comenzar la acción de las enzimas hidrolíticas. La hidrólisis de los triglicéridos se produce por la acción de enzimas pancreáticas, lipasa y colipasa. La lipasa es secretada por el páncreas, no obstante, no puede agredir directamente las gotas de grasa, esta enzima destruye los ácidos grasos por los extremos sin atacar al centro de la molécula lo que da lugar a dos ácidos grasos libres o no esterificados y un monoglicérido por cada molécula de triglicérido hidrolizada. La función de la colipasa, un péptido, en allanar el camino de los productos biliares y proporcionar a la lipasa un acceso libre hacia los triglicéridos.
Otras enzimas que participan en la digestión de lípidos son el colesterol esterasa y la fosfolipasa, cuyos productos son ácidos grasos no esterificados, colesterol y lisofosfolípidos.
3. Formación de micelas
Los productos de la hidrólisis de los lípidos (ácidos grasos, monoglicéridos y otros) se combinan con los ácidos biliares y con los fosfolípidos para formar micelas, pequeñas agregaciones hidrosolubles de ácidos biliares y lípidos. Las micelas permiten la difusión de los lípidos desde la luz intestinal a través de la capa acuosa de la mucosa intestinal para entrar en contacto con la superficie de absorción de la membrana apical.
4. Absorción
El proceso de absorción de lípidos en los enterocitos todavía no se conoce del todo bien. Cuando las micelas se aproximan a la superficie de los enterocitos (células intestinales), los componentes lipídicos difunden a través del espacio que hay entre el glicocálix y la membrana apical por medio de proteínas transportadoras de ácidos grasos. Parece ser que dichas proteínas especiales toman los ácidos grasos de las micelas y los transportan a través de la membrana apical. Otros componentes micelares parece que difunden de forma simple a través de la membrana apical, incluidos lípidos como monoglicéridos, colesterol y la vitamina A. La membrana apical, como otras membranas celulares, está formada sobre todo por fosfolípidos. Los productos muy hidrófobos de la digestión de los lípidos son solubles en la matriz de los fosfolípidos que forman la membrana y, por tanto, difunden con total libertad a través de la membrana celular.
Hacia dónde se dirigen los ácidos biliares
Cabe destacar que todos los componentes de la micela difunden al interior de los enterocitos excepto los ácidos biliares, que permanecen en la luz intestinal al separarse de otros elementos micelares durante el proceso de absorción. Posteriormente, los ácidos biliares llegan a la porción final del intestino delgado (íleon), donde están en relativo estado libre al carecer de otros lípidos. En esta porción del intestino delgado (íleon) hay un sistema de transporte de ácidos biliares que funciona mediante un sistema de cotransporte de socio y produce la casi total reabsorción de los ácidos biliares.
Después de su reabsorción, los ácidos biliares se transportan directamente al hígado por medio de la vascularización. El hígado elimina fácilmente los ácidos biliares de la sangre ya que en la circulación sistémica suele ser muy baja. Los ácidos biliares eliminados por el hígado se renuevan en la bilis en un proceso que se reproduce de manera repetida varias veces al día.
Formación de quilomicrones
Así pues, los lípidos absorbidos se empaquetan en quilomicrones antes de abandonar los enterocitos. Después de atravesar la membrana apical, los lípidos absorbidos se transportan mediante moléculas transportadoras al retículo endoplásmatico liso, donde los principales se reesterifican para formar triglicéridos y fosfolípidos y se almacenan junto con el colesterol y otros lípidos menores de la dieta y proteínas formadas en el retículo endoplasmático rugoso, formando unas estructuras denominadas quilomicrones.
Estructura de un quilomicrón
Los quilomicrones son unas estructuras de aspecto de esfera con un centro o núcleo formado por triglicéridos y colesterol éster y un área externa o superficie formada por fosfolípidos y colesterol. Estos últimos se disponen con sus terminales hidrófobos (repelen agua) orientados hacia el interior, hacia la estructura central y, por otro lado, sus extremos hidrófilos (atraen al agua) hacia la superficie del quilomicrón. Esta disposición permite que el quilomicrón sea soluble en agua (hidrosoluble).
Indicar, también, que en la superficie del quilomicrón existen proteínas que ayudan a estabilizar la estructura del quilomicrón. Tras formarse, los quilomicrones, salen a través de la membrana basolateral a los espacios laterales de los enterocitos para pasar al sistema linfático, ya que estos, los quilomicrones son demasiado grandes para atravesar la membrana basal de los capilares intestinales. Por tanto, no pueden absorberse al sistema sanguíneo intestinal.
Estos quilomicrones drenarán al conducto linfático abdominal principal de ahí irán al conducto torácico, el principal conducto colector linfático del organismo el cual drena a la vena cava. De esta forma, los quilomicrones alcanzan el sistema vascular. Por ello, tras la ingestión de dietas ricas en grasas el aspecto de la linfa intestinal pasa de ser acuosa a lechosa por la presencia de los quilomicrones e incluso se puede ver ese color lechoso en el plasma sanguíneo. En animales sanos, este fenómeno denominado lipemia desaparece en 1-2 horas.